Se acercan unos días de calma

Con la proximidad de la Semana Santa se avecinan unos días que invitan a romper la rutina. En plena primavera, el tiempo acompaña en dos sentidos: el climatológico, por favor procura unos días agradables y cálidos, y el del reloj, que parece que se deslice con más calma sobre la esfera. El cambio de la rutina habitual con su trasiego y sus prisas, deja paso a un relajamiento que, tan pronto comienza, ya se sabe que va a durar poco. Pero unos días de vacaciones avanzadas en verano, siempre van de primera.

La pandemia del Covid-19 ha cambiado la visión de las personas que quieren disfrutar de sus vacaciones y les ha hecho descubrir destinos cercanos, caseros e interiores, que quizás no habrían contemplado fácilmente. Tanta gente que viaja por el mundo acortando el ancho del planeta, a menudo obvian la belleza de los paisajes cercanos y las posibilidades que ofrecen.

Catalunya es un tesoro en este sentido, y las Terres de l’Ebre son un pedacito de cielo que en algunos puntos, se junta con el mar.

En abril los arrozales apenas se están preparando y en unos días, una lámina de agua reflejará el azul del cielo desde el suelo. Pájaros de mil especies nidificarán, llenarán de vida estos espacios inmensos y el agua del Ebro negará lo que durante todo el invierno ha quedado seco.

Cuando el río se expande por encima de la tierra, la vida respira con una alegría permanente que irá creciendo hasta la siega, hacia septiembre. Pero en primavera, durante estos días de vacaciones, el paisaje sonreirá a quien quiera visitar estos lugares. Las comarcas del Ebro tienen su encanto y las interiores, además, gozan de la bendición de una huerta opípara. Pero el auténtico tesoro de estas comarcas es el paso del Ebro, que hace milagros creando nuevos haces de tierra fértil, cultivable y rica.

El paisaje, la gastronomía, las costumbres, las experiencias y actividades que las Terres de l’Ebre invitan a practicar, son un reclamo para las mentes inquietas que buscan aventuras inolvidables.

La Semana Santa son los días más graves del calendario y el hecho de que caigan en plena primavera no queda ni una brizna de la solemnidad que la tradición marca. Pero la buena noticia es que llegan los días de luz, calidez y bienestar. Ya llegará el verano con sus oleadas de calor que pronostican un cambio climático inminente y quizás irreversible si no empezamos a hacer bondad y amar nuestro entorno desde ahora mismo. Pero ahora son días para respirar y tomar aire. Oxigenarse, relajarse y gozar de esta calma.

Aún quedan unos días por delante y si estás planificando estas mini-vacaciones, no lo dudes, ven a las Terres de l’Ebre.

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