La Terra Alta tiene en la Cooperativa de Gandesa uno de sus tesoros más preciados. No sólo a nivel arquitectónico, sino también histórico. Hoy vamos a explorar la historia, la tradición y el impacto de la Cooperativa de Gandesa, un lugar emblemático e imperdible para los amantes del vino y para todas aquellas personas que aman la cultura y la tradición.
Un edificio singular cargado de historia
Cuando hablamos de la Cooperativa de Gandesa, no podemos evitar sumergirnos en la rica historia que la caracteriza. Esta cooperativa ha sido un punto de referencia incontestable para los amantes del vino y los connoisseurs desde su fundación en 1919.
En sus inicios, la Cooperativa de Gandesa nació como una respuesta a las necesidades de los viticultores de la región. 48 fueron las familias propietarias de la cooperativa. El acta fundacional exponía que para ser cooperativista era necesario ser de Gandesa y aportar 20 pesetas y tierras o, en su detrimento, su trabajo. Y otro detalle: tenían que pesar más de 50 kilos, porque así evitaban que los niños trabajaran en la cooperativa.
Los primeros socios hipotecaron tierras y propiedades para conseguir un crédito del Banc de Valls. Entonces, en 1919, Josep M. Serres y Jaume Fontanet, fundador primero y miembro de la junta respectivamente, encargaron el proyecto de construcción del edificio a la arquitecta Cèsar Martinell.
Un motivo de revolución económica en Gandesa
Su creación supuso una revolución en la producción y comercialización del vino en la Terra Alta. En un momento en que el mundo del vino era altamente competitivo y complejo, la cooperativa fue un faro de esperanza para los pequeños viticultores, ofreciéndoles apoyo y estabilidad en un entorno hostil en constante cambio.
Su compromiso con la variedad reina de la Terra Alta, la garnacha, contribuyó a la consolidación de la entidad como un referente vinícola de la región. Desde entonces, la Cooperativa de Gandesa ha mantenido una estrecha relación con sus miembros, proporcionándoles las herramientas y los conocimientos para mejorar la calidad de sus uvas y, en consecuencia, la calidad de los vinos producidos. Durante todo este tiempo, la cooperativa ha sido pieza clave en la promoción de la variedad autóctona garnacha y otras variedades, que han dado lugar a vinos con personalidad y carácter propios de esta tierra. Su compromiso con la calidad y sostenibilidad ha sido constante a lo largo de los años.
Además de la garnacha, la cooperativa también ha promovido otras variedades autóctonas e internacionales, que han enriquecido su gama de productos y han ofrecido a los amantes del vino una gran diversidad de sabores por descubrir. Con una mirada hacia el futuro, la cooperativa ha abrazado la innovación y ha apostado por técnicas de producción más sostenibles, asegurando así un futuro brillante para sus vinos y Terra Alta.
El corazón de la cooperativa
Si se propone visitar la Cooperativa de Gandesa, se encontrará frente a un edificio majestuoso con un aire que mezcla la arquitectura modernista con el estilo de las cooperativas de la comarca. La fachada es una obra de arte por sí sola, un homenaje a la historia y el arte que destila cada botella de vino que se produce entre sus bóvedas, dado que es otra de las grandes catedrales del vino.
Una vez dentro, quedará boquiabiertos por el salón de cata, donde podrá degustar los vinos con unas vistas espectaculares de los viñedos de la Terra Alta. También tiene la oportunidad de explorar las bodegas, donde las grandes barricas de roble son un recordatorio constante de la pasión y la dedicación que los cooperativistas ponen en su trabajo, primero en el campo y en el viñedo, y después en cada una de las elaboraciones de sus vinos.
La Cooperativa de Gandesa no es sólo historia y tradición, sino que está mirando hacia el futuro. Es un referente en la producción de vinos ecológicos en la región. Con su compromiso con la sostenibilidad y la conservación de los recursos naturales, han incorporado nuevos métodos de vinificación y variedades, como la cariñena, que ofrecen aromas y sabores únicos. Que hay que probar sí o sí.
La Cooperativa de Gandesa mira hacia el futuro
Hoy en día, la Cooperativa de Gandesa mantiene su pasión por producir vinos de alta calidad. Se ha convertido en un destino imperdible para los enólogos y amantes del vino. Su historia es una oda a la perseverancia, gracias a la dedicación de quienes creen en la fuerza de la comunidad. Así que, cuando visite la Terra Alta, no olvide explorar esta joya vinícola y probar la historia en cada gota de vino que ofrece. Salud y brindamos por la Cooperativa de Gandesa, una institución vinícola que nunca pasa de moda.
Agregar comentario