Borrainas con miel en Navidad

Las borrainas son plantas silvestres que crecen espontáneamente en los Huertos y en los márgenes. Reciben otros nombres, como pececillo, borraina o pan y quizás el más conocido, borraja.

Se trata de una planta originaria de la zona mediterránea europea y de Asia Menor, que crece fácilmente en tierras bajas y suelos arenosos bien soleados, aunque los climas más fríos tampoco le desagradan. Es una planta muy corriente en las orillas de los caminos, en lugares húmedos. A veces también se la utiliza como ornamental porque florece prácticamente durante todo el año con una floreta azulada muy coqueta.

Se le llama borraja porque la planta está cubierta de pelos y de ahí proviene su nombre, derivado del latín borra que significa pelo.
Ahora bien, más allá de la cuestión estrictamente ornamental o paisajística, la borraja tiene otros muchos usos, empezando por los farmacológicos y terminando por los gastronómicos, porque esta plantita humilde y que no parece nada del otro mundo, resulta que va bien en una serie de platos y como verdura o acompañamiento, es de lo más sabrosa.

Se utiliza prácticamente toda la planta, las flores, las hojas, los tallos, pero sobre todo, es preciado el aceite esencial de las semillas. Su acción farmacológica es diurética, tonificante, antiinflamatoria, refuerza el sistema inmunológico y contribuye a equilibrar y disminuir el colesterol en sangre.

A nivel gastronómico es uno de los ingredientes de la cocina mediterránea tradicional, aunque actualmente su consumo no es demasiado popular en las zonas urbanas.

Aunque la borraja es una planta poco atractiva y que no entra la vista si se trata de comida, los antiguos, que eran unos atrevidos, la probaron y les gustó, por lo que la incluyeron en su dieta habitual. Las partes que se comen son el tallo, las hojas y las flores y de hecho, en algunas zonas rurales de Cataluña y de la Comunidad Valenciana, existen vestigios arqueológicos que señalan el cultivo de esta hortaliza peluda.

Ahora bien, aunque su aspecto no lo hace nada seductor para usos gastronómicos, hay que decir que bien lavada, con abundante agua y luego hervida, las hojas y los tallos pierden sus desagradables pelos y con una consistencia fina resulta que tiene un sabor muy agradable en el paladar.

Entre los lugares donde la borraina es más popular como verdura se encuentra en las comarcas del Ebro, donde se come preferentemente hervida con patata y también en sopa, como un ingrediente más de la escudella. Si las hojas son tiernas también se añaden a la ensalada, pero hay un uso que seguramente podrá sorprenderle: como dulces hechos rebozando la hoja entera con harina y huevo, freiéndola y después recubriéndola con miel.
Estas pastas, llamadas borrainas, son típicas de las fechas previas a Navidad. Se trata de un postre típico de las Terres de l’Ebre que la gente ya espera, porque es en esta época, a finales del año, cuando la borraja toma toda su consistencia y es como un milagro de Navidad que d una hoja áspera y peluda puedan salir un postre tan bueno.

He aquí la receta, por si te apetece intentar hacerlas en casa:
Los ingredientes que necesitarás son los siguientes:

12 hojas grandes de borrainas
1 huevo
200 ml. de agua
la ralladura de un limón
1 cucharadita de levadura en polvo
unos 200 g. de harina de repostería
aceite de oliva para freírlas
para acompañar: miel o azúcar

Debes hacerlo de la siguiente manera:
Lo primero es limpiar bien las hojas de borraina con agua y dejarlas escurrir encima de un colador. Vea que no quede ningún pelo de la planta, porque sería muy desagradable en la boca.

Debes batir un huevo junto con el agua. Puede añadir la ralladura de un limón y remover. Añada la harina y la levadura, poco a poco, mientras va removiendo la masa del enlucido. Debe quedar una masa no muy espesa pero que se pegue a la hoja.

El siguiente paso es poner suficiente aceite en una sartén para que cubra las borrajas. Las hojas se pasan por la masa de rebozar y hacia la sartén hasta que estén tostadas y crujientes.

Entonces, y ahí está la gracia, se pueden acompañar con miel o con azúcar. Mejor con miel, que es la forma tradicional de comerlas cuando no había azúcar refinado y la vida era más saludable.
Una recomendación: es mejor comerlas recién hechas y cuando todavía están calientes. También existe la opción de ir poniendo en un cuenco e ir cubriendo con miel, dejando que reposen, porque entonces la masa de buñuelo se ablanda y se amorosa con el peso y la acción de la miel . Así las borrajas quedan deliciosas.

Éste es un plato del recetario tradicional, un postre sencillo de aquellos que hacían nuestras abuelas y que el tiempo y la prisa han hecho que queden relegadas a momentos concretos, cuando se piensa en ello.

Hoy en EbreXperience hemos querido recuperar la receta porque a veces, como decía el poeta, es necesario volver al pasado para saborear los placeres que la vida nos regala hoy.

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