Turismo ecoresponsable. Dejemos nuestro granito de arena
Una de las grandes ventajas de viajar es conocer a la gente y costumbres del lugar al que vamos. Cuando nos fundimos con el paisaje y sus habitantes nos llevamos con nosotros parte de ese territorio en la maleta. Así se había hecho durante muchos años y ahora vuelve a estar de moda, ya que también es una forma de viajar de forma más sostenible, responsable y enriquecedora. Por eso cuando vengas a visitar las Terres de l’Ebre lo primero que hay que hacer es dejar las prisas, bajar el ritmo y disfrutar de cada pequeño momento y aprender a observar todo lo que te rodea con una mirada renovada.
En referencia al alojamiento, es muy aconsejable hacerlo en alguna encantadora casa rural de las muchas que hay repartidas por el territorio o pequeños hoteles con encanto regentados por familias de la zona, que además podrán aconsejarte sobre el territorio y experiencias para «xalar», (disfrutar) que decimos aquí.
Antes de coger el coche para pequeños desplazamientos, pregúntate si puedes hacerlo a pie, en bici o transporte público, te lo agradecerá tu salud, el medio ambiente, y el bolsillo. Visita mercados, lonjas de pesca y tiendas de proximidad, conocerás mejor el comercio, la gastronomía las costumbres y sus gentes. Al mismo tiempo, favorecerás la economía de la zona. Muchas de estas empresas son negocios familiares y pasan de una generación a la siguiente.
Gastronomía típica, agrotiendas, artesanía, cestas de «pauma» de Mas de Barberans y Rasquera, ceràmica de Miravet, bodegas de la Terra Alta, rutas de enoturismo, aceite y miel, pesca tradicional y cultura del arroz. Actividades como rutas en bicicleta, senderismo, descubrir el camino de Sirga, navegar en laúd por el Ebro.
Respetar y conocer sobre el entorno natural, animales y plantas, recuerda que somos reserva de la biosfera. Aprender sobre toda esta diversidad es entender cómo ha condicionado la vida y costumbres de los habitantes de estas tierras. Su riqueza y diversidad es increíble en poco más de 30 kilómetros, el territorio pasa de nivel de mar y de las dunas del Delta, a 1.500 metros de altitud, en el macizo de Els Ports. A esta singularidad geográfica hay que añadir el río Ebro que lo atraviesa y el mar que baña las comarcas del Montsià y el Baix Ebre. Parajes para todos los gustos, habitados por una gran diversidad de flora y fauna, algunos tan espectaculares como los flamencos y las cabras hispánicas.
Las Reservas de la Biosfera son territorios de rica diversidad biológica y cultural en los que se trabaja para conservar la diversidad biológica junto al desarrollo económico y social a través de la buena relación de las personas con la naturaleza. En mayo de 2013 las Terres de l’Ebre fueron declaradas reserva de la biosfera por la UNESCO para su riqueza paisajística, la representatividad de sus ecosistemas mediterráneos y su modelo de conservación de la biodiversidad.