En marcha la Estrategia Delta con el estudio de la arena del fondo marino del Delta

Acció Climàtica ha puesto en marcha la Estrategia de protección del Delta del Ebro que presentó en mayo.

Lo hace con las batiatrías con las que se tendrá información «precisa y esmerada» del fondo marino deltaico, y sobre todo de los bancos de arenas sumergidas que se puedan utilizar para reforzar el litoral del Delta y las zonas más frágiles. Como ha apuntado la consejera Teresa Jordà los datos topográficos estarán disponibles en la primavera del 2023. Después se licitará el proyecto para dragar las arenas en la Marquesa y también en Buda y el istmo del Trabucador (en 2024). Se prevé que puedan moverse 11 millones de metros cúbicos de arena para que las playas tengan una anchura mínima de 150 metros y también que se creen sistemas dunares de protección.

La consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, ha visitado el puerto de L’Ampolla (Baix Ebre) para conocer los trabajos de batimetría que se están realizando en el litoral deltaico, unos trabajos que se alargarán hasta final de año. El objetivo de tener unos datos sobre arenas disponibles que permitirá cuantificar cuánta hay disponible y qué granulometrías tienen por las diferentes playas a «realimentar». «Es un dato fundamental para plantear las actuaciones y las capacidades de mantenimiento estas las playas en el tiempo», detalló Jordà.

La finalidad es que las playas tengan una anchura mínima de 150 metros y crear sistemas dunares de protección», «una primera acción contundente» que a largo plazo sólo requiera «pequeños mantenimientos,», como ha señalado Jesús Gómez, director territorial del Departamento en las Terres de l’Ebre.

Las medidas para tener los datos para realizar un dragado al «estilo holandés» las recoge la Consultora TecnoAmbiente aprovechando una cartografía submarina y batimetría que están haciendo de toda la costa catalana. Las medidas se toman entre 10 y 40 metros de profundidad. Los trabajos se alargarán dos meses y medio, hasta final de año. Después, el Institut Cartogràfic de Catalunya hará también una batimetría de precisión que cubrirá todo el contorno del delta de los 0 a los 10 metros de profundidad.

Los datos topográficos estarán disponibles en la primavera de 2023, y se podrá licitar el proyecto para ampliar y crear zonas dunares y la consolidación de la zona del Trabucador. La aportación será de 11 millones de metros cúbicos de arena. En 2024 se prevé desplegar el proyecto en el Fangar-Marquesa. Las dragas deben extraer arenas de la bocana de la bahía del Fangar para aportarlas al frontal del hemidelta norte, en la playa de la Marquesa, siguiendo «el modelo holandés de soluciones basadas en la naturaleza». Será en 2024 que se prevé la redacción del proyecto para hacer lo mismo en Buda y el Trabucador.

Jordà ha recordado que todas estas actuaciones, así como las que prevé iniciar en breve el Ministerio para la Transición Ecológica -un movimiento de arenas de refuerzo de 300.000 metros cúbicos-, no se pueden realizar sin la implicación de todas las administraciones y entidades territoriales . Gómez ha defendido que el modelo que propone la Estrategia Delta «está testado» y que es viable y asumible económicamente mover las arenas del fondo marino desde 700 o 800 metros del litoral. «El dragado es el sistema más económico y más sostenible», insistió el delegado de Acción Climática.

Sensores rastreando el fondo deltaico

Durante dos meses y medio, se realizará la batimetría entre l’Ametlla de Mar y las Casas Alcanar, «un área extensa con problemas de erosión y que requiere focalizar esfuerzos». Como ha detallado Juan Ramon Vidal, jefe de proyecto de TecnoAmbiental, trabajan con tres sensores: un perfilador de fondo -que penetra en el sedimento-, una ecosonda multihaz y un sonar de barrido lateral. «Nos da cobertura total para hacer todo el fondo marino, como una topografía tierra adentro», ha explicado.

La batimetría permite ver la profundidad y todos los elementos que hay, desde barcos hundidos, tuberías, arrecifes artificiales u otros elementos naturales como barras de roca, praderas de posidonia arenas y fangos. En el Delta deben determinar dónde hay acumulaciones de diferentes tipos de arenas y cómo se mueven los bancos a partir de los 10 metros de fondo.

De momento, entre L’Ametlla de Mar y L’Ampolla no se ha detectado ninguna «información relevante». Se ha localizado el barco del Correo frente a Calafat, y otros barcos de madera hundidos, arrecifes artificiales, emisarios, praderas de posidonia y artefactos, «que no se sabe que son y se irá a mirar» más adelante.

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