El número de ejemplares de caracoles manzana extraídos del Ebro repunta hasta 3.000 este año

La presencia del caracol manzana en la zona marítima y terrestre aguas abajo de Tortosa, en el tramo final del Ebro, ha repuntado este 2022. El viernes finalizó la campaña de prospección y retirada de caracoles impulsada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Se eliminaron del río 3.000 ejemplares adultos y 5.000 puestas.

Según los responsables de la CHE, se ha producido un incremento de 841 ejemplares y 230 puestas respecto al pasado año. La explicación de este aumento de caracoles manzana debe encontrarse en la presión pesquera sobre el cangrejo azul, que es su principal depresador y aliado natural en el control de la plaga. Sin embargo, la CHE asegura después de 3 años, los trabajos han permitido corroborar que el tramo aguas arriba de Tortosa, el dominio público hidráulico, está limpio de la plaga.

A través de la empresa pública Tragsa y los trabajadores contratados directamente por la CHE, la campaña desarrollada en el tramo final del Ebro desde mayo ha acabado extrayendo más caracoles y puestas de los previstos por los técnicos. Especialmente en el tramo aguas abajo de Tortosa, donde se ha actuado en dos subsectores: entre el puente del Estado y el barranco de Sant Antoni, así como entre este último punto y el embarcadero de Campredó, donde las capturas han sido especialmente considerables. Así lo admitió el jefe de servicio de estudios medioambientales de la CHE, Alfonso Calvo, en la valoración final de los trabajos.

La cifra de 3.000 ejemplares y 5.000 puestas se mantiene todavía bastante por debajo de los niveles registrados durante los años 2016 y 2017, justo antes de la expansión del cangrejo azul, cuando se extraían del río entre 7.000 y 10.000 caracoles maçana –además de hasta 25.000 puestas-. Sin embargo, los resultados de este 2022 ha mostrado cierto repunte respecto a la tendencia de los últimos años, cuando la expansión del cangrejo azul redujo a menos de mil ejemplares anuales las campañas posteriores.

«Hay menos cangrejo azul por la pesca. Lo que por un lado es bueno, por otro no lo es», ha valorado Calvo, por quien el incremento de las capturas y el interés gastronómico del crustáceo invasor que han espoleado su comercialización, ha provocado, de rebote, que su papel en el control del caracol mazana se haya reducido sensiblemente.

Por el contrario, la buena noticia es que después de tres años de seguimiento, el tercer tramo en el que se ha actuado, entre Tortosa y Miravet, se mantiene limpio de cangrejos y puestas. Esto, asegura, permitirá confirmar oficialmente ante las autoridades de la Unión Europea que en esa zona la plaga ha quedado «erradicada».

Preocupaba especialmente la aparición de diversos focos a la altura del municipio de la Ribera d’Ebre, aguas arriba del azud de Xerta, lo que podía facilitar la propagación de la plaga por los canales de regadío de la Derecha y la Izquierda del Ebro. «Tenemos claro que no debe subir al dominio público hidráulico», sostiene el técnico de la CHE.

El agua caliente del río alarga un mes los trabajos

Como en las anteriores campañas, se han efectuado trabajos de prospección nocturnos, aprovechando la mayor actividad de las hembras que salen a poner los huevos, así como también con cayucos siguiendo la orilla del Ebro y eliminando macrófitos de algunos espacios para cortar la vía que les permitiría remontar el río.

Por el contrario, la inusualmente elevada temperatura del agua del río, «cinco grados más que el pasado año» durante esta época, ha contribuido a mantener activos y reproduciéndose los ejemplares del Ebro durante más tiempo.

Esto ha obligado a alargar los trabajos hasta un mes adicional, hasta noviembre.

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