Birdwatching, una forma de conectar con la naturaleza que ofrecen las Terres de l’Ebre
Si hay una imagen que define las Terres de l’Ebre, más allá de los arrozales, es la visión de diferentes tipos de pájaros sobrevolando los amplios espacios anegados donde se cultiva el arroz, la huerta, incluso el viñedo, algo más arriba y algo más lejos del marco estricto del Delta.
La gran cantidad y variedad de pájaros ha promovido una nueva motivación para realizar turismo: la observación de estos pájaros, conocida como birdwatching.
Alguien podría preguntar: “cuando decimos cantidad y variedad de pájaros”, ¿se puede especificar un poco más? Pues sí. Hasta el momento se han identificado hasta 343 especies diferentes de pájaros, lo que convierte al Delta del Ebro en un trocito de paraíso para los amantes de la observación en plena naturaleza.
Abejarucos, becassinas, cigüeñas, tenderos, orioles, cusisacs, gaviotas corsas, arrendajos azules, posos, plegados, abubillas, y naturalmente, los flamencos… Todos con sus colorines y sus formas de vivir. Su observación, siempre respetuosa, enseña muchos conceptos a los ojos atentos que contempla sus idas y venidas.
Ver las manadas de pájaros volando a unos metros del suelo mientras buscan dónde ponerse, es una visión difícilmente olvidable.
¿Te animas a practicar birdwatching? Pues sigue leyendo, porque aquí vienen nuestras recomendaciones.
Cosas que debes saber antes de empezar la práctica del birdwatching
No todos los pájaros conviven al mismo tiempo a orillas del Delta, sino que hay pájaros de temporada y de hecho, muchos de ellos, cuando se acercan los meses fríos del invierno, se marchan buscando climas más cálidos hasta la próxima primavera.
Entonces, el mejor momento del año para ver una buena cantidad de pájaros es la primavera y el otoño, cuando los arrozales se llenan de agua. Ambas estaciones en las que climáticamente ya nivel de temperatura, toda la naturaleza se equilibra y deja los extremos del frío y del calor. Por eso también estos dos momentos del año son muy favorables para los pájaros y para observarlos bien, mejor por la mañana o la puesta. Durante la primavera nidifican y hacen la puesta y en otoño algunos comienzan a migrar recorriendo viajes de cientos y miles de kilómetros en un tiempo récord, y otros hibernan.
Sea cual sea la circunstancia, si quieres observar pájaros en condiciones óptimas, debes seguir unas cuantas normas básicas.
Éstas:
• Dado que los pájaros tienen una vista y un oído muy desarrollado, para evitar espantarlos es conveniente que no hagas gestos ni movimientos bruscos porque de otra forma, huirán volando.
• Tienes que tener paciencia y buen ánimo, porque a veces podrás observar las aves con facilidad y en otras ocasiones, tendrás que esperar en algún lugar concreto esperando a que las aves lleguen. Es una buena idea que lleves unos prismáticos, así no te vas a perder ningún detalle.
• Sólo mira y basta. A las aves no puede molestárselas, alterar su ritmo habitual y mucho menos, entrar en su zona de nidificación. Se mira, pero no se toca. Como mucho, si crees que tiene que ir bien y no debes provocarles ninguna molestia, puedes hacer alguna fotografía.
• En ningún momento se pueden tocar, cazar, dar de comer ni alterar su hábitat de cualquier manera. Todo lo que entre en estas acciones, en el caso del birdwatching se convierte en una gamberrada.
Si lo haces bien podrás disfrutar del espectáculo inolvidable que es ver a los pájaros en su entorno natural. Prácticamente todo el Delta es idóneo para practicar esta actividad y vivir esta experiencia, pero debes saber que existen puntos concretos pensados para la observación y con miradores adecuados ubicados en las zonas de interés natural.
Si quieres practicar birdwatching, tanto si empiezas desde cero como si ya tienes conocimientos, puedes acudir a las diferentes entidades y asociaciones que organizan jornadas, cursos de ornitología y ciclos con todo tipo de información interesante sobre la actividad y sus protagonistas.
Así, la Asociación Ornitológica Picampall de las Terres de l’Ebre, el Ecomuseo del Parque Natural del Delta del Ebro o la Fundación Plegadis, son muy buenas opciones, en especial esta última.